Durante la práctica del ejercicio físico, el tejido musculoesquelético inicia el proceso de contracción muscular para generar el movimiento implicado en la actividad. Este proceso, requiere de energía química en forma de Adenosín Trifosfato (ATP), el cual es proporcionado por los diferentes sistemas energéticos que participan en el ejercicio.
El predominio de un sistema energético u otro, depende, en gran medida, de las concentraciones de sustratos disponibles al momento… Sigue leyendo