La ingesta y el gasto energético-calórico son los factores típicos que promueven el cambios del peso o masa corporal. Dada la actual comprensión del balance energético en la modificación de la composición corporal, se ha estado prestando atención a un tercer factor como es el caso de la pérdida de energía por material fecal, donde se ha observado que puede modular el equilibrio energético, sobre todo en observaciones con población con obesidad.

La excreción de macronutrientes modula la homeostasis energética humana y se puede resaltar su impacto potencial en la propensión a ganar peso o perderlo, considerando que puede variar la absorción de cada macronutriente dependiendo del estado actual del individuo.

Diversos autores le han ido prestando atención sobre todo en el contexto de salud, es decir, en las observaciones del cambio de peso en personas con cierto grado de sobrepeso u obesidad, ya que se desarrolla como resultado de un equilibrio energético positivo sostenido, es decir, ingerir más energía de la que se puede utilizar por el organismo humano.

Dicho lo anterior, no todos los nutrientes ingeridos son absorbidos por el tracto gastrointestinal, ya que una fracción de los alimentos consumidos acaba excretándose en las heces. Además, incluso los nutrientes que llegan a la circulación pueden escapar del cuerpo, por ejemplo, al filtrarse a través de los riñones.

El hecho de que la energía de los alimentos puedan «desaparecer» en las heces (y en la orina) es un componente poco estudiado del equilibrio energético general. Además, potencialmente también es una variable que protege a algunos individuos de la obesidad y hace que otros sean propensos al aumento de peso o del mantenimiento mismo de la masa acumulada.

Los estudios sobre sobrealimentación en humanos muestran que el aumento de peso varía sustancialmente entre los individuos ya que se han estado proponiendo dos fenotipos humanos para explicar esta variabilidad de los cambios de masa corporal total.

Mientras que las personas «ahorradoras» aumentan de peso fácilmente durante épocas de excedente calórico, las personas «despilfarradoras» son menos propensas a la adiposidad, a pesar de estar expuestas al mismo entorno obesógeno. Sin embargo, identificar estos dos fenotipos en estudios de sobrealimentación ha sido un desafío debido al bajo tamaño de muestra que se utiliza a menudo en dichos estudios, pero sigue siendo un tema de debate y a ser considerado a estudiar
más a fondo.

Ahora bien, diversos investigadores referentes en el tema de metabolismo energético, han postulado ciertas afirmaciones que son interesantes:

  • Se demostró que los seres humanos sin enfermedades de malabsorción aprovecharon entre el 89 y el 99% de la energía ingerida (Heymsfield et al. 1981).
  • En pacientes hospitalizados demostró que, en promedio, ~5% y ~0,5% de la energía ingerida se pierde en las heces y la orina (Jumpertz R.et al. 2011).
  • Adultos con obesidad que se sometieron a dos intervenciones de tres días con una ingesta energética total del 150% y el 50% de sus necesidades energéticas para mantener el peso, perdían por heces las fecales de 6 a 9% y 1 a 2% por la orina (~80 kcal/día y ~500 kcal/día) (Basolo A. et al. 2020).

Esta excreción o pérdida colectiva de energía por material fecal y la orina, representa un componente frecuentemente descuidado de la regulación del equilibrio energético, que por el momento deja algunas matices sin resolver.

Si bien, dados los hallazgos aún nos preguntamos si las manipulaciones dietéticas, farmacológicas y genéticas que alteran el equilibrio energético podrían hacerlo, en parte, al afectar la pérdida de energía fecal y urinaria, pero que esto ha pasado desapercibido hasta ahora.

Por lo tanto, debemos explorar más a fondo la regulación de la excreción de energía y el impacto relativo sobre la homeostasis energética, pero por ahora (con fines de aplicación o consideración en la consulta) podemos darle su lugar y tenerlo en cuenta como parte de datos a considerar con diversas poblaciones y contexto en la intervención nutricional y desde luego, áreas importantes para futuras investigaciones.

Te dejamos el link donde puedes leer más a detalle sobre este tema. Esperamos que haya sido de tu agrado, si es así, comparte nuestro blog a quien le pueda interesar.

Elaborado por:

LN. Jorge Jesús Flores Zapata.

Maestro en Alto Rendimiento Deportivo.
Especialista en Ciencias Aplicadas a la Actividad Física y Deporte.
Antropometrista Certificado ISAK L2.

Fuente: Lund J, Gerhart-Hines Z, Clemmensen C. Role of energy excretion in human body weight regulation. Trends Endocrinol Metab [Internet]. 2020;31(10):705–8.