La salud puede ser entendida como la condición actual, combinada y de equilubrio de bienestar físico, mental y emocional en el ser humano, la cual se puede definir por diversas organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras.

La salud bucal es parte integral e importante de la salud, y esencial para el bienestar y la calidad de vida. Los factores socioconductuales y ambientales desempeñan un papel importante en las enfermedades y la salud bucal, sobre todo en la etapa infantil y de crecimiento del ser humano, ya que al encontrarse en un periodo de fortalecimiento y desarrollo de diversos sistemas, la nutrición es parte esencial de este bienestar.

La caries dental es una enfermedad global, que tiende a presentarse en países de desarrollo, por lo que, a medida que aumenta el desarrollo, también aumenta dicha condición, ya que los niños están a la vanguardia de la desventaja de esta enfermedad por la falta de atención así  como de educación en materia de odontología preventiva y la carencia de interés por parte de la población.

Aunado a lo anterior, cabe mencionar que se ha demostrado la interrelación entre la salud bucal y la salud general, como por ejemplo, la enfermedad periodontal grave, se ha asociado con la diabetes mellitus tipo 2. Esta fuerte correlación entre varias enfermedades bucales y las enfermedades crónicas no transmisibles (cardiovasculares, diabetes, pulmonares, etc.) es principalmente el resultado de factores de riesgo comunes, la inadecuada nutrición y un estilo de vida sedentario.

La salud bucal y la nutrición: una relación sinérgica

Las enfermedades infecciosas bucales, así como las enfermedades sistémicas agudas, crónicas y terminales con manifestaciones bucales, repercuten en la capacidad funcional para comer y al mismo tiempo influyen en la dieta y el estado nutricional. De manera similar, la nutrición y la dieta pueden afectar el desarrollo y la integridad de la cavidad bucal, así como la progresión de las enfermedades de la cavidad bucal, y son factores ambientales multifactoriales importantes en la etiología de las enfermedades y trastornos orofaciales.

La caries dental es ampliamente reconocida como una enfermedad infecciosa prevenible que se modifica en gran medida con la dieta habitual. Los principales actores en la etiología de la enfermedad son las bacterias cariogénicas, los carbohidratos fermentables y un diente y un huésped susceptibles.

La evidencia muestra que los azúcares son sin duda el factor dietético más importante en el desarrollo de la caries dental. La caries dental es probablemente la enfermedad más fuertemente asociada al consumo de azucares simples. La capacidad de las bacterias orales, sobre todo Streptococcus mutans, de fermentar la sacarosa y otros azúcares hasta convertirlos en ácido, produciendo un pH sostenido inferior a 5.5, es la base del proceso de desmineralización que es capaz de destruir el esmalte dental y, finalmente, provocar la pérdida de los dientes.

Caries en la infancia temprana: un problema que aumenta

La apariencia clínica de la caries de la primera infancia, ECC (Early Childhood Caries, por sus siglas en inglés) incluye desde la forma que tiende a afectar a todos los dientes anteriores superiores primarios, los primeros molares primarios superiores e inferiores y los caninos inferiores (los dientes anteriores inferiores permanecen ilesos) hasta la caries rampante que afecta a todos los dientes de la boca y comunmente tiende a afectar a un solo diente en niños de entre 1 y 5 años.

Se ha establecido que un grupo de microorganismos cariogénicos, así como los estreptococos orales, están asociados con la ECC, donde se ha encontrado que hay altos niveles orales de estas bacterias, que generalmente se transmiten por la madre. Otros factores que contribuyen a predisponer a los niños a la ECC incluyen la alimentación prolongada y nocturna con biberón de leche y/o jugo endulzado, la lactancia materna nocturna después de los 12 meses de edad y el uso prolongado de un chupón cubierto con miel, azúcar u otros alimentos endulzados.

En el Reino Unido, la Sociedad Británica de Odontología Pediátrica recomienda una reducción de la ingesta de azúcar por parte de toda la población infantil del país, mientras que la opinión de sus homólogos estadounidenses es que las restricciones de azúcar pueden relajarse en una sociedad donde se utiliza con frecuencia el fluoruro, especialmente para niños que tienen poca o ninguna caries.

Consideraciones generales sobre la nutrición y la adecuada salud bucal:

De manera general se puede prestar atención a una alimentación rica en estos elementos sin olvidar las adecuadas acciones higiénicas:

Calcio

Se encuentra en los productos lácteos, las verduras de hojas verdes y los alimentos enriquecidos, es crucial para desarrollar dientes y huesos fuertes.

Fósforo

Las carnes, los huevos y los productos lácteos son fuentes ricas en fósforo, que ayuda al desarrollo y reparación de los dientes.

Vitamina D

La exposición a la luz solar y a fuentes dietéticas como el pescado graso y los alimentos enriquecidos contribuyen a la absorción de calcio, promoviendo dientes sanos.

Fluoruro

Presente en el agua y en determinadas pastas de dientes, el fluoruro fortalece el esmalte dental y previene las caries.

Debido a que se busca una salud bucal funcional y sana como parte necesaria de la masticación y la digestión, es recomendable incorporar un módulo integral de salud bucal en la formación didáctica y clínica de los estudiantes de dietética y nutrición, así como en la formación de futuros odontólogos la educación e importancia de la nutrición como prevención.

Asimismo, los resultados deben incluir la detección de factores de riesgo para la salud bucal relacionados con la nutrición y la dieta y desde luego, el impacto de un estilo de vida fisicamente activo.

Una recomendación conjunta de expertos de la Organización Mundial de la Salud/Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (OMS/FAO) alentó a las organizaciones internacionales, incluida la OMS/FAO, a reconocer la nutrición como una parte esencial de la formación de los profesionales de la salud bucal, así como una parte importante de los programas educativos para nutriólogos/nutricionistas y otros profesionales de la salud.

Los expertos en salud bucal y nutrición deben asumir el liderazgo en la promoción de esta área de contenido del plan de estudios dual entre los profesionales de la salud aliados. Las oportunidades para llevar la nutrición al ámbito de la salud bucal están abiertas a los profesionales de la nutrición.

Fuentes

  • British Society of Pediatric Dentistry. A policy document on sugars and the dental health of children. International Journal of Paediatric Dentistry 2, 177–180. 1992.
  • US Department of Health and Human Services. Oral Health in America: A Report to the Surgeon General. US Department of Health and Human Services, National Institute of Dental and Cranio‐facial Research, National Institutes of Health: Rockville, MD. 2002.
  • WHO/FAO. Diet, Nutrition and the Prevention of Chronic Diseases Report of a Joint WHO/FAO Expert Consultation. World Health Organisation: Geneva. WHO Tech Report Series No. 919. 2003.
  • Tinanoff N. & Palmer C.A. Dietary determinants of dental caries and dietary recommendations for pre‐school children. Journal of Public Health Dentistry 60, 197–206. 2003.
  • Naidoo S, Myburgh N. Nutrition, oral health and the young child. Matern Child Nutr. 2007

Elaborado por:

LN. Jorge Jesús Flores Zapata.

Maestro en Alto Rendimiento Deportivo.
Especialista en Ciencias Aplicadas a la Actividad Física y Deporte.
Asesor académico.
Antropometrista Certificado ISAK L2.