La triada de la mujer deportista es una entidad clínica que hace referencia a la relación de 3 factores que se presentan en un estado negativo generando:
Baja disponibilidad energética.
Osteoporosis.
Amenorrea hipotalámica funcional.
Actualmente, no solo se trata de una ‘’triada’’, ya que las consecuencias de una baja disponibilidad energética o una deficiencia de energía relativa en el deporte (RED-S, por sus siglas en inglés) pueden afectar más allá de estos tres elementos.
¿Cuáles son las causas de una baja disponibilidad energética?
Una baja disponibilidad energética no necesariamente se debe a trastornos de la conducta alimentaria (como se estipulaba en un principio dentro de este concepto), ya que puede ocurrir debido a un incremento en las cargas de entrenamiento, lo que a su vez, genera un aumento del gasto energético, que no necesariamente aumenta las sensaciones de hambre, es decir, se debe a un bajo consumo de energía/deficiente alimentación por parte de la mujer deportista, con una mala relación carga de entrenamiento/recuperación.
¿Cuáles son las consecuencias de una RED-S?
Las consecuencias de una RED-S afectan el estado de salud más allá de la triada, afectando el crecimiento y desarrollo, presentando síntomas gastrointestinales, inmunológicos, cardiovasculares, hormonales, así como psicológicos y esto puede afectar el rendimiento deportivo en varios niveles: disminuyendo las reservas de glucógeno musculoesquelético, la concentración, coordinación, la respuesta al entrenamiento, disminuyendo la fuerza muscular y aumentando el riesgo de lesiones.
Cabe destacar, que el riesgo de presentar las consecuencias de una RED-S aumenta en atletas de élite, aunque no es exclusivo de mujeres o de este pequeño grupo de personas.
Intervención nutricional
Si la deficiencia de energía se debe a una disminución en la ingesta de manera no intencional (como puede suceder al aumentar las cargas de entrenamiento) entonces, la educación nutricional puede ser suficiente para el tratamiento.
Sin embargo, si las causas son otras, el tratamiento se basará en aumentar la ingesta energética a través de la implementación de un plan de alimentación que aumente la ingesta actual por 300 – 600 Kcal al día para aumentar la disponibilidad en, al menos 30 kcal/kg de peso haciendo cambios en la elección de los alimentos, la distribución de energía y otras características de la dieta, a partir de cambios individualizados y periodizados de acuerdo al gasto energético del atleta y los objetivos del ejercicio.
De igual forma, el tratamiento se acompaña de una reducción en el ejercicio, que incluye: una disminución de la intensidad y duración del entrenamiento en un 10%
Estrategias para el tratamiento de una baja disponibilidad energética asociada a una disfunción menstrual:
Una adecuada ingesta de proteínas y carbohidratos es recomendada para restablecer el glucógeno hepático y facilitar la pulsatilidad de la hormona Luteinizante.
Estrategias para el tratamiento de la optimización de la salud ósea:
Parte del tratamiento es una adecuada ingesta de nutrimentos para la formación de huesos, ya que los niveles séricos de 25 – hidroxi Vitamina D < 30 ng/mL están asociados a un incremento en la incidencia de lesiones por estrés óseo. La ingesta de Vitamina D de 600 a 800 UI diarias es recomendada por las pautas dietéticas de la USDA. Sin embargo, una ingesta mayor puede ser necesaria de manera temporal para alcanzar los niveles de 25 – hidroxi Vitamina D séricos > 30 ng/mL.
Mejorar los niveles de 25 – hidroxi Vitamina D también puede reducir el tiempo de curación y facilitar un regreso más temprano al deporte en caso de lesión por estrés óseo.
Finalmente, el consumo adecuado de Calcio puede ayudar a disminuir la incidencia de lesiones por estrés óseo. La recomendación actual para la ingesta diaria de Calcio es de 1000 mg/día para hombres y mujeres de 19 a 50 años y de 1300 mg/día para niños y adolescentes de 9 a 18 años.
Fuentes:
Mountjoy M, Sundgot-Borgen J, Burke L, Ackerman KE, Blauwet C, Constantini N, et al. International Olympic committee (IOC) consensus statement on relative energy deficiency in sport (RED-S): 2018 update. Int J Sport Nutr Exerc Metab. 2018; 28(4):316–31.
Mountjoy M, Sundgot-Borgen J, Burke L, Carter S, Constantini N, Lebrun C, et al. The IOC consensus statement: beyond the Female Athlete Triad–Relative Energy Deficiency in Sport (RED-S). Br J Sports Med. 2014;48(7):491–7.
Mountjoy M, Sundgot-Borgen J, Burke L, Carter S, Constantini N, Lebrun C, et al. Authors’ 2015 additions to the IOC consensus statement: Relative Energy Deficiency in Sport (RED-S). Br J Sports Med. 2015; 49(7):417–20.
Birch K. Female athlete triad. BMJ. 2005;330(7485):244–6
Nazem TG, Ackerman KE. The female athlete triad. Sports Health. 2012;4(4):302–11.