Dentro del marco del entrenamiento deportivo, se pueden encontrar diferentes cualidades físicas a desarrollar, por ejemplo: la fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad, coordinación y equilibrio.

¿Qué es el entrenamiento deportivo?

De acuerdo a este enfoque, el entrenamiento, puede ser definido como: una actividad sistemática que permite y propicia, como consecuencia, alcanzar mejores coeficientes de realización en todos o en algunos de los factores que intervienen en una determinada tarea. 

En otras palabras, el entrenamiento físico, es un proceso sistemático que tiene como finalidad mejorar las respuestas del individuo frente a ciertos estímulos. 

Este proceso ha evolucionado, pasando de tener un enfoque meramente empírico a tener un aspecto cada vez más científico, lo anterior, debido a los diversos conocimientos sobre fisiología del ejercicio que se han adquirido en los últimos años y, a los avances en la tecnología que han permitido el desarrollo de nuevos equipos, que a su vez, permiten el análisis de las diferentes variables que condicionan el rendimiento deportivo, por ejemplo: los niveles de lactato en sangre o el consumo máximo de oxígeno (VO2max), por mencionar unos ejemplos.  

¿Qué es el principio de supercompensación?

La supercompensación es un fenómeno de gran relevancia desde el punto de vista del entrenamiento, es algo deseable en el atleta, ya que permite mejorar el rendimiento deportivo, siempre y cuando, se apliquen las cargas correctas a través de un entrenamiento periodizado. 

Bajo este contexto y basándonos en la gráfica, el principio de supercompensación tiene como antecedentes un estado en donde el atleta no tiene estímulo alguno, por lo tanto, se encuentra en un nivel inicial de rendimiento, es decir, en la unión de los ejes ‘’x’’ e ‘’y’’. (El eje de las abscisas representa el tiempo y el eje de las ordenadas el nivel de rendimiento).

Posterior a esto, el atleta recibe un estímulo o una carga de trabajo, en otras palabras, se somete al entrenamiento (representado por el cuadro rojo) y, a medida que avanza el tiempo y como consecuencia de la carga aplicada, el atleta alcanza un estado de fatiga o desgaste (proporcional al esfuerzo realizado y representado por la curva descendente de color rosado). 

Al finalizar el entrenamiento, el organismo entra en un estado de recuperación o restitución (curva de color verde) hasta llegar al nivel inicial (sin estímulo) para, posteriormente, lograr un estado ‘’superior’’, de supercompensación o restitución ampliada (curva de color amarillo representada por el eje x) aumentando así, el rendimiento deportivo como consecuencia de la mejora en los órganos afectados por la fatiga inicial. 

Este ciclo se repite de manera continua generando cambios funcionales esporádicos o respuestas en el organismo del atleta, que le permite, en el futuro, soportar cargas mayores con mayor facilidad, hasta llegar al momento en el que estos cambios sean más duraderos, generando así, una adaptación. 

Fuente: Vinuesa Lope M, Vinuesa Jiménez I. Conceptos y métodos para el entrenamiento físico. Ministerio de defensa; 2016